
A veces León tiene ganas de irse a casa y yo de bailar desenfrenada en el casorio de mis amigos.
A veces yo tengo ganas de charlar y él solamente quiere ver una película.
A veces yo quiero que camine y él ir a upa.
A veces quiero llevarlo a upa y él quiere correr por su cuenta.
A veces cada uno va para otro lado.
Pero recién descubrimos que podemos combinarnos perfectamente...
Ante un paquete de pepas como única opción, él se come el dulce y yo la galletita.
Soy feliz. Siempre amé la masa de las pepas con la misma intensidad con la que odio el membrillo.