martes, 16 de junio de 2009

Digo

Algunas cosas para ir cerrando todo lo que se armó acá abajo...

Este es mi blog.
Es un espacio donde escribo lo que tengo ganas.
Soy una mujer, una mamá, una escritora y también una maestra.
Pero este blog no pertenece a la Secretaría de Educación ni al Museo Virtual de Jacinta Pichimahuida.
La docencia no es un sacerdocio. Es un trabajo. Por lo general va acompañado de una enorme carga de vocación.
A mí, como a muchos maestros, me pasa que a veces estoy cansada.
Otras veces, en cambio, se producen cosas mágicas que solo entendemos mis alumnos y yo. No sé si van a cambiar el mundo en unos años o se van a quemar el cerebro escribiendo mensajes de texto. Ni siquiera sé si serán personas ejemplares o serán los garcas del mañana. La única certeza que tengo es que están leyendo y escribiendo unos cuentos buenísimos.
Y sí, hay días en que me pregunto si quiero seguir siendo maestra. Me pregunto y me replanteo si tengo que seguir por acá o si será el momento de buscar otros rumbos.
Por suerte me sigo haciendo preguntas.
Y esos días, cuando siento que no puedo más, que la docencia es frustrante y agotadora, cuando me siento así... escribo en mi blog. No me descargo con mis pibes. Escribo acá.
Porque este es mi blog.
Y al que no le guste, que no me lea.
O (como dijo un sabio) "que se coma un pancho".

7 comentarios:

Memé dijo...

pero claro mujer! Mirá si cada uno no va a poder decir lo que se le de la gana en su propio blog!

Yo comenté el tema anterior porque se generó una especie de debate sobre la educación publica a raiz de tu comentario. Pero lejos de mi esta juzgarte, como vos de decis somos personas antes que nada y todos diferentes, por suerte. Cada uno puede volcar en su propio blog lo que siente o piensa. Y al que no le gusta que se coma un pancho, quedo para la historia esa frase, jajajaj.

Un beso

Anónimo dijo...

¿que es un pancho?

lachubasca dijo...

Entiendo este espacio como un lugar suyo que hace bien a muchos de nosotros. Y entiendo su profesión (que coincide con la de mi querida madre) como un lugar de sacrificio y generosidad. Es fácil tirar mierda al primero que pasa, es simple prejuzgar y agredir desde este espacio casi anónimo. Solo cada uno de nosotros sabe qué tiene para dar y lo que cuesta ejercer ciertas profesiones. Por mi parte, ser médico en un hospital público a punto de cerrar a pesar de los cientos de pacientes que van a quedar desamparados y en la calle es horroroso y pone en jaque a la más arraigada vocación. Por suerte uno tiene preguntas para hacerse, capacidad para dudar y asumir la falta de certezas e inteligencia para cuidar también la salud propia. Para mi, la curiosidad y la búsqueda nos hacen crecer como personas y nos enriquecen la existencia. Aunque generen contradicciones de lo más contrarias. Aguante la Seño carajo! mierda!

Sil dijo...

aleluya hermano

laurita dijo...

A mi me gusta, por eso te leo.

El pancho me lo puedo comer igual?

lachubasca dijo...

Le dejé a Sil data sobre una prepaga buena y barata que uso y usa toda mi familia hace muchos años, conozco buenos médicos que laburan ahí. Cualquier consulta consulte sin pudor, chubasca a disposición.

Sil dijo...

Respecto de esas cosas mágicas que sólo entienden vos y tus alumnos, siempre me acuerdo de cuando les llevaste a León para que lo conozcan y dijeron que se parecía a ellos.