Estoy en casa de mi mamá y llama llorando desesperada mi tía Mónica (que está más loca que una cabra pero la queremos).
Le cuenta que mi primo Sebastián se enojó con ella y ahora no le deja ver a su hija recién nacida ni al otro nieto de tres años. No entiendo qué pasó y se ve que mi vieja tampoco tiene claro el asunto pero aconseja algo así:
- "Vos llamalo y decile que se ponga en tu lugar, que la relación entre nietos y abuelos es muy importante y que te pone muy mal no ver a tus nietos."
Yo interrumpo desde atrás y mi mamá me pasa con la tía.
"¡No! Escuhame bien, durante el puerperio no se jode. Ello están sin dormir, con una beba y un nene celoso; todo lo que vos digas les va a hinchar las pelotas. Ni llames. Mandale un mail diciéndole que entendés que están complicados, que los querés y que cuenten con vos para lo que sea. Hacete la madre amorosa, nomás".
La tía Moni deja de llorar para reirse mientras dice: "Esa sí que no me la van a creer".
2 comentarios:
Ah! Llorona pero con humor, la tía, eh?
Una genia!!!! tiene autocritica!!! Cande
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